Murieron otros, pero ello aconteció en el pasado,
que es la estación (nadie lo ignora) más propicia a la muerte.
¿Es posible que yo, súbito de Yaqub Almansur,
muera como tuvieron que morir las rosas y Aristóteles?
Del Diván de Almotásam el Magrebí (siglo XII).
El hacedor (1960)
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