Ensayo.
No coloco el texto aquí debido a que su tamaño hace que sea más cómodo leerlo directamente en alguna página Web (de todos modos, no es extenso, se lee en menos de 10 minutos), por ejemplo esta:
http://www.mercaba.org/ARTICULOS/lectura_indiscriminada.htm
No coloco el texto aquí debido a que su tamaño hace que sea más cómodo leerlo directamente en alguna página Web (de todos modos, no es extenso, se lee en menos de 10 minutos), por ejemplo esta:
http://www.mercaba.org/ARTICULOS/lectura_indiscriminada.htm
(Advierto que tiene errores de tipografía, pero de todos modos es buena opción.)
En él se tratan temas como: ¿deberíamos leer indiscriminadamente? Es decir, ¿leer todo lo que cae en nuestras manos? ¿Incluso los libros que son considerados como obras literarias o de una calidad más que probada deberían ser sometidos a prueba por nuestra moral o tradiciones para que éstas dicten si valen la pena ser leídos o no? ¿Qué alternativas hay a la censura sobre los libros considerados como malos? En diversos momentos el autor enfoca el contenido de su ensayo a lectores de la fe católica (siempre aparecen como ejemplos recurrentes), pero es innegable que el contenido tiene aplicación general.
El tono es muy ameno, gracioso, divertido. A veces sí creo que sus comparaciones parten de clichés, pero precisamente funcionan por eso: un estereotipo es lenguaje común en el que se apoya para ejemplificar algo, aunque sí puede llegar a herir corazoncitos…
Por ejemplo… ¿por qué asociar el irse de backpack a la Tarahumara con algo bueno? Me causa curiosidad también cuando el autor dice que Es absurdo que un católico que jamás ha leído el Evangelio, lea De servo arbitrio de Lutero. Tan absurdo como que alguien se pueda considerar católico sin haber leído el Evangelio (teniendo la capacidad de hacerlo, claro está).
Bueno, tengo que irme ahora. Intentaré encontrar una justificación para no sentirme un lector irresponsable si se me antoja leer Les Onze Mille Verges de Apollinaire…
En él se tratan temas como: ¿deberíamos leer indiscriminadamente? Es decir, ¿leer todo lo que cae en nuestras manos? ¿Incluso los libros que son considerados como obras literarias o de una calidad más que probada deberían ser sometidos a prueba por nuestra moral o tradiciones para que éstas dicten si valen la pena ser leídos o no? ¿Qué alternativas hay a la censura sobre los libros considerados como malos? En diversos momentos el autor enfoca el contenido de su ensayo a lectores de la fe católica (siempre aparecen como ejemplos recurrentes), pero es innegable que el contenido tiene aplicación general.
El tono es muy ameno, gracioso, divertido. A veces sí creo que sus comparaciones parten de clichés, pero precisamente funcionan por eso: un estereotipo es lenguaje común en el que se apoya para ejemplificar algo, aunque sí puede llegar a herir corazoncitos…
Por ejemplo… ¿por qué asociar el irse de backpack a la Tarahumara con algo bueno? Me causa curiosidad también cuando el autor dice que Es absurdo que un católico que jamás ha leído el Evangelio, lea De servo arbitrio de Lutero. Tan absurdo como que alguien se pueda considerar católico sin haber leído el Evangelio (teniendo la capacidad de hacerlo, claro está).
Bueno, tengo que irme ahora. Intentaré encontrar una justificación para no sentirme un lector irresponsable si se me antoja leer Les Onze Mille Verges de Apollinaire…
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