Je vis assis, tel qu'un ange aux mains d'un barbier,
Empoignant une chope à fortes cannelures,
L'hypogastre et le col cambrés, une Gambier
Aux dents, sous l'air gonflé d'impalpables voilures.
Tels que les excréments chauds d'un vieux colombier,
Mille Rêves en moi font de douces brûlures:
Puis par instants mon coeur triste est comme un aubier
Qu'ensanglante l'or jeune et sombre des coulures.
Puis, quand j'ai ravalé mes rêves avec soin,
Je me tourne, ayant bu trente ou quarante chopes,
Et me recueille, pour lâcher l'âcre besoin:
Doux comme le Seigneur du cèdre et des hysopes,
Je pisse vers les cieux bruns, très haut et très loin,
Avec l'assentiment des grands héliotropes.
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Vivo sentado, igual que un ángel en manos de un barbero,
empuñando una jarra de gruesas estrías,
el hipogastio y el cuello arqueados, con una Gambier
entre los dientes, bajo el aire henchido de impalpables velámenes.
Semejantes a los cálidos excrementos de un viejo palomar,
mil Sueños dejan en mí suaves quemaduras:
luego, por momentos, mi triste corazón es como una albura
que ensangrienta el oro joven y sombrío de los corrimientos.
Después, habiendo desmochado cuidadosamente mis sueños,
me vuelvo, bebidas ya treinta o cuarenta cervezas,
y me recojo para soltar la acre necesidad:
afable como el Señor del cedro y de los hisopos,
meo, alto y lejos, hacia los cielos muscos
con el consentimiento de los grandes heliotropos.
Traducción de Juan Abeleira
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