lunes, 11 de agosto de 2008

Abrojos - XIV; Rubén Darío

Yo era un joven de espíritu inocente.
Un día con amor le dije así:
Escucha: el primer beso que yo he dado,
_____ es aquel que te di...
Ella, entonces, lloraba amargamente.
Y yo dije: ¡Es amor!
Sin saber que aquel ángel desgraciado
lloraba de vergüenza y de dolor.

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