Su piel era negra, pero con el alma purísima como la nieve blanca...
EVTUCHENKO (según el cable), ante el asesinato de Lutero King.
Qué alma tan blanca, dicen,
la de aquel noble pastor.
Su piel tan negra, dicen,
su piel tan negra de color,
era por dentro nieve,
azucena,
leche fresca,
algodón.
Qué candor.
No había ni una mancha
en su blanquísimo interior.
(En fin, valiente hallazgo:
El negro que tenía el alma blanca,
aquel novelón.)
Pero podría decirse de otro modo:
Qué alma tan poderosa negra
la del dulcísimo pastor.
Qué alta pasión negra
ardía en su ancho corazón.
Qué pensamientos puros negros
su grávido cerebro alimentó.
Qué negro amor,
tan repartido
sin color.
¿Por qué no,
por qué no iba a tener el alma negra
aquel heroico pastor?
Negra como el carbón.
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