-¿En qué piensas?
-En nada, en la inmortalidad del cangrejo.
Anónimo: Los mexicanos pintados por sí mismos
Y de inmortalidades sólo creo
en la tuya, cangrejo amigo.
Te aplastan, te echan en agua hirviendo,
inundan tu casa.
Pero la represión y la tortura
de nada sirven, de nada.
No tú, cangrejo ínfimo,
No tú, cangrejo ínfimo,
caparazón mortal de tu individuo, ser transitorio,
carne fugaz que en nuestros dientes se quiebra;
no tú sino tu especie eterna: los otros:
el cangrejo inmortal
toma la playa.
No inventes, no sabía de la existencia de este poema. Ya te imaginarás la obviedad de mi pensamiento:: 'el, literalmente, pensó en la inmortalidad del cangrejo'.
ResponderBorrarCreo que debo leer más de Pacheco.
Gracias.
Pues sí... no importa lo que le hagamos, el (los) cangrejo(s) siempre permanecen...
ResponderBorrar...y las cucarachas, y las hormigas...
...y las pachequeses...
ResponderBorrarPues esperemos que su obra perdure como relevante...
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