Dóciles medias los halagan de día y zapatos de cuero claveteados los fortifican, pero los dedos de mi pie no quieren saberlo. No les interesa otra cosa que emitir uñas: láminas córneas, semitransparentes y elásticas, para defenderse, ¿de quién? Brutos y desconfiados como ellos solos, no dejan un segundo de preparar ese tenue armamento. Rehúsan el universo y el éxtasis para seguir elaborando sin fin unas vanas puntas, que cercenan y vuelven a cercenar los bruscos tijeretazos de Solingen. A los noventa dias crepusculares de encierro prenatal establecieron esa única industria. Cuando yo esté guardado en la Recoleta, en una casa de color ceniciento provista de flores secas y de talismanes, continuarán su terco trabajo, hasta que los modere la corrupción. Ellos, y la barba de mi cara.
De: El hacedor
Hablando de Borges :: te dejo aquí el link de su cuento "Funes el Memorioso". Está en PDF. Para tu biblioteca.
ResponderBorrarSaludos.
Ah, sí, el link :: http://biblioteca.iapg.org.ar/iapg/ArchivosAdjuntos/Petrotecnia/2004-3/FunesElMemorioso.pdf
Gracias.
ResponderBorrarMe gusta ese cuento.
De nada.
ResponderBorrarA mi me crearon expectativas muy grandes antes de leerlo. De modo que me decepcioné un poco. Sin embargo, sugiere una reflexión interesante acerca del pensar y del olvido, de las correlaciones entre estas dos acciones...
Sí.
ResponderBorrarUna amiga y yo apodamos "Funes" a otro amigo que es trompetista por su habilidad para recordar lo que esté relacionado con la música.
Ya lo coloqué en la Biblioteca, gracias.
ResponderBorrarHe buscado este texto durante años. Gracias por ponerlo al alcance de todos.
ResponderBorrarDe nada, Constance.
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