Esta noche es irremediable.
Pero en vuestra casa aún hay luz.
A las puertas de Jerusalem
salió un sol negro.
El sol amarillo es más terrible,
–duerme, mi niño, duerme–,
en un luminoso templo los judíos
dieron sepultura a mi madre.
Sin la bendición divina,
excluidos del sacerdocio,
en un luminoso templo los judíos
oficiaron una misa por la difunta.
y sobre mi madre resonaron
las voces de los hijos de Israel.
Me desperté en la cuna,
alumbrado por un sol negro.
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