domingo, 13 de septiembre de 2009

El reposo del fuego I, 8; José Emilio Pacheco


El mundo azota sus cadenas.
La tempestad desciende.
_________________Y yo sin nombre,
busco un rastro fugaz, quiero un vestigio,
algo que me recuerde, si he olvidado,
la secreta eficacia con que el polvo
devora el interior de los objetos.

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