Mamá, papá: tengo miedo a que un día no me amen.
Cuando algo o a alguien nos avergüenza o causa repugnancia, ¿nos alejamos de esa persona o situación, salimos a dar un paseo, hasta que simplemente desaparezca?
Si un día dejo de ser yo para volverme otro entre mis prójimos, ¿la gente notará mi ausencia?
Qué más da el por qué ocurren las cosas, simplemente somos víctimas de lo sucedido.
Tengo frío.
Alan
Kafka siempre termina agobiandome.
ResponderBorrarSí, Kafka es así. Sobre todo en "El Proceso". Más adelante haré un post de esa novela. Leerla frustra, pero conseguir eso en el lector es un gran logro de Kafka. Hay una profunda angustia existencialista presente en sus obras. No recomendable para ratos de depresión.
ResponderBorrarEso es lo peor...
ResponderBorrarVerás, mis defensas tienden a bajar de un momento a otro -lo que significa que me embarga una tristeza enorme mezclada con melancolía, nostalgia y frustración, de forma regular
y se me ocurrió leer, precisamente, El Proceso en una de esas temporadas. Terrible. Desde entonces no lo tolero.
Ahora que lo pienso, ya no sé que fue primero !
Hay otro escritor que me recuerda a Kafka: Sándor Márai. Si no toleras lo angustiante de Kafka, pero te gusta todo lo demás, Márai es una buena opción.
ResponderBorrarIgual y ya has leido algo de él. Publicaré luego una entrada de su novela La Hermana.
No, no he leído nada de él.
ResponderBorrarEstaré pendiente.