jueves, 28 de febrero de 2008

Pequeña apología de mi Caballo de Letras

Durante la corta existencia de este blog se han publicado diversas clases de entradas. La mayor parte del contenido de ellas no es de mi autoría, simplemente reflejan lo que explica el título del blog:

Letras, placeres, disgustos y reflexiones que pasan por mi mente (o por lo menos, esto era hasta la fecha en que coloqué esta entrada).

Frente a esto, la reacción de los lectores a través de comentarios a los posts y del chat ha sido diversa: he recibido buenas críticas, pero también invitaciones al suicidio.

A quienes forman parte del primer grupo me gustaría hacerles saber que sus palabras han sido un aliento para continuar. Es grato saber que existen lectores que encuentran placer en visitar Caballo de Letras y que aman su caprichoso contenido. A los otros, que no menosprecio sus opiniones y que éstas me sirven para pulir el material de este espacio (aun en los casos en los que éste sea una mera selección) y para darme cuenta de lo que la gente busca, que no necesariamente será lo que yo esté dispuesto a o en posibilidades de ofrecer. A ambos doy las gracias por haberse tomado su tiempo para visitar el blog e intercambiar opiniones conmigo, me encantaría seguir recibiendo sus visitas.

Ahora bien, existen lectores que me han hecho sugerencias y/o reproches respecto a algo que se observa en las entradas: algunas de ellas carecen de comentarios míos. Otros me preguntan acerca de mi motivación para incluir determinadas entradas. Permítanme explicarles.

Primero, acerca del criterio que sigo para publicar, lo resumiré en una frase: es totalmente subjetivo, arbitrario. Me remito de nuevo al texto explicativo debajo del título del blog. Casi todo lo que hay aquí es una amalgama de mis gustos. El mismo título de Caballo de Letras se debe a mi deseo de honrar a dos de mis mayores placeres: la literatura, sobre todo la poesía, y mi amor por los caballos. Es evidente que la palabra honrar no tiene relación alguna con exponer o hablar con profundidad y rigor de aquello que es objeto de honra. Por el contrario, la consideración especial que se tiene hacia lo que es honrado nos puede alejar de una visión objetiva de ello, y no ocultaré nunca esto en el blog.

Cuando hablo de una amalgama de mis gustos, el contenido y la fascinación que siento no se limita a la literatura y los caballos, sino que también el término incluye a la filosofía, las religiones, la teología y la apologética, aunque a la fecha este tipo de contenido en las entradas ha aparecido poco o aún no lo ha hecho, como en el caso de las dos últimas. La lista no es limitativa, la actitud y el punto de vista desde el que abordo los contenidos puede ser cualquiera.

Pasando a otro tema, algunos consideran como falta de originalidad el que me dedique a realizar comentarios de libros, autores y obras más que a publicar mis propios escritos. Creo que esto es cuestión de enfoque y de lo que cada persona espera encontrar en un blog: los hay de todos los colores y sabores, no existe ortodoxia alguna para su contenido . Hablo de cuestión de enfoque porque las recopilaciones y la selección de textos implican creatividad, por algo las antologías también poseen derechos de autor.

Ahora, en cuanto a la falta de mi opinión en algunas entradas, he decidido guardar silencio porque no tengo nada qué decir que sea útil para que el lector disfrute el texto. Por ejemplo, creo que los Fragmentos y Poemas que amo hablan por sí mismos, no requieren ningún comentario por parte mía en la entrada, pero claro que me encantaría intercambiar ideas con los lectores respecto a algún enfoque, contenido o idea de texto en particular a través de comentarios a las entradas. Prefiero que sean los lectores quienes inicien y dirijan el rumbo del tema. No obstante, tomaré en cuenta lo anterior y en los casos en los que me sienta (y de hecho, me he sentido) tentado a comentar alguna entrada, lo haré. Sólo espero que mi punto de vista no entorpezca, vicie o les arruine la lectura del texto; si esto ocurre, por favor, perdónenme e ignórenme, no dejen que les robe el placer de la exposición sin ideas preconcebidas ante una forma de arte.

En cuanto a los comentarios a los libros u otras obras que no pueden ser reproducidas totalmente en el espacio de un blog me he tomado mayores libertades: he procurado incitar a su lectura y exponer el contenido a través de mi propia percepción.

En un grado extremadamente inferior en importancia me dedicaré a exponer a los lectores muestras de mi propia obra.

Explicar, diseccionar o hacer análisis críticos del contenido de los textos no es el principal objetivo de este blog, más bien tiende hacia la contemplación y el disfrute de lo que se lee. Creo que en ello se ve involucrada también la creatividad.

Como siempre, nada de lo aquí dicho es definitivo.

Alan

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