Tengo que confesar que creo poco en las leyes. Si son demasiado duras, se las transgrede con razón. Si son demasiado complicadas, el género humano encuentra fácilmente el modo de deslizarse entre mallas de esa red tan frágil. El respeto a las leyes antiguas corresponde a lo que la piedad humana tiene de más hondo; también sirve de almohada a la inercia de los jueces. [...] Toda ley demasiado transgredida es mala; corresponde al legislador abrogarla o cambiarla, a fin de que el desprecio en que ha caído esa ordenanza insensata no se extienda a leyes más justas.
Memorias de Adriano
TELLUS STABILITA
Marguerite Yourcenar
interesante... Como sea, deben existir como parámetro para normar la conducta y las acciones de los individuos.
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