Detrás de su fuego hablan entre ellos los que están presentes:
“¿Qué haremos con nuestros pensamientos?
¿Cómo hablaremos con nuestras palabras?”
Allí estaban pensando y de pronto llega el águila.
Le hablan: “Piensa un poco con nosotros”.
Llega allí, y empiezan a hablarle:
"¿Qué haremos con lo que se introduce en el aire?
Esto es lo que pensamos: ¿Cómo vamos a tapar
lo que se introduce en el aire y causa daño?"
Empieza a hablar el águila.
Empieza a hablarles durante toda la noche.
Así hablaba, mientras dormían los pensadores.
Allá el águila los venció con sus pensamientos.
Sin duda tiene muchas palabras.
Los venció y los adormeció.
Sube allá lejos por el camino del cielo.
No lo saben los pensadores: ellos dormían.
Sube al aire, allá, muy lejos, vuela hacia el cielo.
Allá quedará. Allá termina nuestro Padre el Águila.
Allá quedará: firme sostiene a su mundo.
Allá está y lo tiene todo.
Allá descansa, lejos, encima de nosotros.
Aquí el muchacho Hatsikan se acuerda de los pensadores.
Se acerca a los pensadores detrás del fuego.
Aquí está: "Mis pensadores, ¿qué les ha pasado?"
Se despiertan los pensadores.
Se levantan y preguntan uno al otro:
"Hemos perdido, nos ha vencido el águila.
Ella jamás se duerme."
Ahora los pensadores se acuerdan de su tabaco.
Lo meten en sus pipas. Prueban sus nubes.
Se levantan detrás de su fuego.
Ahora piensan en el lugar arriba en el oriente.
Y tapan los pensamientos de los dioses arriba en el oriente.
Allí los tapan con sus nubes, con su humo de tabaco.
Tapan los pensamientos arriba en el oriente.
Los tapan con sus palos emplumados.
Ahora terminan con ellos y se vuelven.
Se acuerdan del poniente.
Hablando bajan lejos hacia el poniente.
Allí tapan las palabras de los dioses del poniente
y todos sus pensamientos.
Terminan con esto y se vuelven al lugar de la desgracia en el
___norte.
Allí caminan hablando con sus palabras.
Tapan los pensamientos de los dioses del norte.
Lo terminan bien con sus palabras,
lo terminan bien con sus pensamientos,
con sus palos emplumados y con sus nubes.
Ahora se vuelven hacia el lugar de la lluvia en el sur.
Allí llegan y los tapan con sus nubes, con sus palos emplumados.
Allí terminan con esto y se vuelven.
Se acuerdan del mundo inferior.
Se acuerdan de Nuestra Madre que se llama Madre Tétewan.
Terminan con esto y se vuelve allá muy lejos hacia el cielo.
Allá lejos oyen al dios Águila.
Oyen sus palabras y terminan con todo.
Ahora se vuelven allí lejos hacia todos [los dioses].
Los tapan con sus pensamientos.
Terminan con todos los dioses que existen en el mundo entero.
Terminan con esto y se vuelven allá lejos
hacia el lugar arriba en el oriente
[es decir delante del altar], lugar de la vida.
Aquí dejan los pensadores sus pensamientos.
Todas sus palabras, todos sus palos emplumados y sus nubes.
Todo lo dejan allí, se vuelven y regresan detrás de su fuego.
Aquí llegan y terminan sentados en sus asientos.
Ómnibus de poesía mexicana
Presentación, compilación y notas de Gabriel Zaid
Uno: Poesía indígena
I: Poesía anónima recogida entre los siglos xvi y xx
1. Cora (siglo xx)
Página 11 y 12
siglo xxi editores, s.a. de c.v.27a edición
Thank you.
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