No la belleza, no el sueño, no la luna. Cuando alguien habla de Endimión es difícil que su imagen no evoque esas palabras, claves en su historia, pero casi nadie recuerda o estima su sabiduría. El pastor, de acuerdo a ciertas versiones de su mito, podría haber sido uno de los maestros, segundo tal vez únicamente ante Salomón, en el arte de responder al pídeme lo que desees de la divinidad, si hacemos caso a lo que dice Apolodoro:
De Cálice y Aeltio nació un hijo, Endimión, quien con eolios sacados de Tesalia fundó Élide; algunos dicen que era hijo de Zeus. Por su extraordinaria belleza, Selene se enamoró de él, y Zeus le concedió lo que quisiera. Él eligió dormir por siempre, joven e inmortal.
Biblioteca I 7,5
Traducción de M. Rodríguez de Sepúlveda
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