Ciertos pescadores sacaron del fondo una botella. Había en la botella un papel, y en el papel estas palabras: “¡Socorro!, estoy aquí. El océano me arrojó a una isla desierta. Estoy en la orilla y espero ayuda. ¡Dense prisa. Estoy aquí!”
__—No tiene fecha. Seguramente es ya demasiado tarde. La botella pudo haber flotado mucho tiempo, dijo el pescador primero.
__—Y el lugar no está indicado. Ni siquiera se sabe en qué océano, dijo el pescador segundo.
__—Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla Aquí está en todos lados, dijo el pescador tercero.
__El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema.
Traducción de Gerardo Beltrán
¡Serán las verdades ambiguas!
ResponderBorrar¿Cómo?
ResponderBorrar"Las verdades generales tienen ese problema".
ResponderBorrarRosigerante no está de acuerdo en llamarle a esto una verdad general, si no una verdad ambigua.
Ah, OK.
ResponderBorrarVe a decírselo a Wisława en su tumba para que se revuelque.
Puedes hacerlo en la entrada del 12 de mayo que aparece en este mismo blog: "Epitafio; Wisława Szymborska".
No. No le tengo tanta confianza como a ti.
ResponderBorrarBueno...
ResponderBorrarDe todos modos, si se lo dijeras en la vida real (Wisława sigue viva) no se enojaría. Dicen que su personalidad es muy tímida.
¿La gente tímida no se enoja?
ResponderBorrarSí, y tal vez hasta más que las otras personas, pero batalla para decirlo...
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