El Asinus aureus es un clásico, la única novela latina que nos ha llegado completa.
Lucio Apuleyo narra la historia de Lucio, un joven rico de Corinto que debido a su curiosidad llega a verse transformado en un asno y vive (o a veces simplemente escucha) diversas aventuras al intentar recobrar su forma humana.
La vida para una bestia no parece ser sencilla, menos para alguien que antes vivía acomodadamente. Lucio pasa por varios amos que no siempre son amables con sus animales pero también se topa con gente que le da buen trato. En su desgracia convive con personas muy distintas: bandoleros, farsantes, malhechores, personas que huyen de ellos, personas que luchan contra ellos, simples granjeros, sirvientes, etc.
La novela tiende hacia lo picaresco, pues en la mayoría de las situaciones que Lucio enfrenta tiene que recurrir a su ingenio para salir al paso, y si no es él el pícaro lo son sus amos o las personas que conoce. En este aspecto, la obra está llena de situaciones llenas de humor, engaños y de referencias sexuales explícitas, pero también es cierto que en El asno de oro es posible observar los contrastes que existían entre los integrantes de las distintas clases sociales en tiempos de la antigua Roma.
La historia del protagonista no es la única que se cuenta, pues a menudo se presenta lo que otros personajes de la obra relatan. El mejor ejemplo de esto es el mito de Eros y Psique, inserto a mitad de la trama, pero que por su belleza y extensión merece tener su lugar aparte del resto de la historia. El mito brilla por sí mismo. C. S. Lewis se basó en gran medida en la versión que aparece en El asno de oro para escribir Till We Have Faces, novela considerada por algunos como la mejor de Lewis, y afirma que la versión de Apuleyo (pues no es el único que ha narrado el mito, aunque sí el primero del que se tiene registro que lo ha hecho) destaca entre las demás.
Algo que sí llama la atención es el final de la obra, pues no es habitual que una novela picaresca termine del modo en que esta lo hace. Tan es así que no se sabe lo que el autor pretendía al conccuir la obra de esa manera. Se manejan posturas que van desde quienes afirman que el fin de la novela es la típica enseñanza moralizante hasta los que sostienen que su cometido es precisamente una burla y parodia de algunas de las creencias religiosas de su tiempo.
Finalmente, cabe decir que otros consideran que El asno de oro es un libro elaborado con profundas referencias autobiográficas al coincidir el nombre del protagonista con el del autor, aunque, dicho sea de paso, muy poco es lo que conocemos de la vida de Apuleyo. Era amante de la magia pero parece improbable que alguna vez se haya convertido en asno.
Lucio Apuleyo narra la historia de Lucio, un joven rico de Corinto que debido a su curiosidad llega a verse transformado en un asno y vive (o a veces simplemente escucha) diversas aventuras al intentar recobrar su forma humana.
La vida para una bestia no parece ser sencilla, menos para alguien que antes vivía acomodadamente. Lucio pasa por varios amos que no siempre son amables con sus animales pero también se topa con gente que le da buen trato. En su desgracia convive con personas muy distintas: bandoleros, farsantes, malhechores, personas que huyen de ellos, personas que luchan contra ellos, simples granjeros, sirvientes, etc.
La novela tiende hacia lo picaresco, pues en la mayoría de las situaciones que Lucio enfrenta tiene que recurrir a su ingenio para salir al paso, y si no es él el pícaro lo son sus amos o las personas que conoce. En este aspecto, la obra está llena de situaciones llenas de humor, engaños y de referencias sexuales explícitas, pero también es cierto que en El asno de oro es posible observar los contrastes que existían entre los integrantes de las distintas clases sociales en tiempos de la antigua Roma.
La historia del protagonista no es la única que se cuenta, pues a menudo se presenta lo que otros personajes de la obra relatan. El mejor ejemplo de esto es el mito de Eros y Psique, inserto a mitad de la trama, pero que por su belleza y extensión merece tener su lugar aparte del resto de la historia. El mito brilla por sí mismo. C. S. Lewis se basó en gran medida en la versión que aparece en El asno de oro para escribir Till We Have Faces, novela considerada por algunos como la mejor de Lewis, y afirma que la versión de Apuleyo (pues no es el único que ha narrado el mito, aunque sí el primero del que se tiene registro que lo ha hecho) destaca entre las demás.
Algo que sí llama la atención es el final de la obra, pues no es habitual que una novela picaresca termine del modo en que esta lo hace. Tan es así que no se sabe lo que el autor pretendía al conccuir la obra de esa manera. Se manejan posturas que van desde quienes afirman que el fin de la novela es la típica enseñanza moralizante hasta los que sostienen que su cometido es precisamente una burla y parodia de algunas de las creencias religiosas de su tiempo.
Finalmente, cabe decir que otros consideran que El asno de oro es un libro elaborado con profundas referencias autobiográficas al coincidir el nombre del protagonista con el del autor, aunque, dicho sea de paso, muy poco es lo que conocemos de la vida de Apuleyo. Era amante de la magia pero parece improbable que alguna vez se haya convertido en asno.
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