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viernes, 25 de septiembre de 2009

Con la lluvia y su sonido pálido de helechos; Juan Bañuelos


La ballena es sólo el sueño de un náufrago.
Mas yo no hablo del mar. Lo que sueña es la lluvia.

Con espasmo de esponja
La luz se apaga mientras llueve,
El tiempo duerme mientras llueve,
Mientras llueve la arena es un jinete
Sobre las huellas que dejamos;
Caen de pronto las ventanas
Con los rostros olvidados en ellas hace tiempo.
No hay sino el galope y la herradura
De la tierra mojada y las hormigas,
La boca triste de la tarde
Dejada como un guante sobre el hielo,
La cáscara sin nadie y lo que pasa
Sino la espuma y las escamas de esta tarde
Vestida ferozmente,
Cuando entre tumbo y tumbo se astillan las palabras
Y el deseo atropella los huesos y la carne.

Qué tenas me destrozo mientras llueve,
Porque lluevo tan hondo y sin remedio
Que no soy más que este edificio
Que se desploma a ratos
Cuando cierro los ojos
Y soy husmeado, sin piedad, por el hocico
De todo lo que llueve.

Y evidente es que llueve.
Y es la tarde. Y es lluvia.
Y llueve y llueve y llueve.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Volver al mar; José Emilio Pacheco


Sombra
de los alcantilados en el mar
o mancha ondulante
de pez, de ave o de piedra.
Nada se mueve bajo el sol si el mar
es la inmovilidad del movimiento.
Y desde que empezó a ser mar
y perdió su planeta
está insistiendo con las mismas olas
en su plegaria plañidera
que de repente se transforma en la furia,
el tormento de la tormenta.

Este pedazo del inmenso mar
para mí es todo el mar
o como si lo fuera,
porque siempre regreso a verlo.
Y cuando pienso en mar
dentro de mí se forma esta imagen.
Quiero decir:
lo llevo tan dentro
que su rumor es como el caudal de la sangre.
Y desde mi subjetividad deleznable,
el mar se habrá cambiado en desierto
cuando ya no esté aquí para mirarlo y amarlo;
cuando mi ceniza
arda por un instante en la espuma rota
y de nuevo sea
átomo de la nada o de la vida invencible
en la totalidad del océano unánime.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Basado en una historia real...


«…la definición de la novela como historia ficticia incurre en una contradicción en los términos, pues la verdad es esencial en la historia. Si toda historia es o debe ser verdadera, parece difícil que pueda haber historia ficticia.»

M. Menéndez Pelayo
Orígenes de la novela, IV,
Ed. Nacional, Madrid, 1962, pág. 206
___

No me es tan fácil aceptar lo anterior. Creo que primero tendríamos que dejar claro el concepto de historia. En castellano este término suele tener diversas acepciones. Así, nuestra lengua suele englobar en un único término lo que en otra, como en el inglés, se da en dos términos distintos: story y history. Sin embargo, Menéndez Pelayo desde un inicio parece negarle a la palabra historia la definición de “narración inventada”. Así como Menéndez Pelayo afirmó que la verdad es esencial en la historia nuestro idioma nos permite decir que esto no necesariamente es cierto, pues la invención también puede formar parte del concepto: dejémonos de historias y hablemos con la verdad.

La expresión historia ficticia bien podría servir entonces como un término diferenciador del de historia real.

Alan

domingo, 13 de septiembre de 2009

Los sonetos a Orfeo. Segunda parte, soneto IV; R. M. Rilke


Este es el animal que no existe. Aunque ellos
no lo sabían y, como fuera, lo amaron
—su manera de andar, su carácter, su cuello,
hasta la luz que había en su mirar tranquilo.

Es cierto, no existía. Pero porque lo amaban
se hizo un animal puro. Dejaron siempre espacio.
Y en el espacio claro y que quedaba libre
le fue fácil alzar la cabeza y apenas

necesitó existir. Nunca lo alimentaron
con grano, sólo con la posibilidad
de ser. Y ésta le dio fuerza al animal

que un cuerno le creció en plena frente. Un cuerno.
Se acercó a una doncella, rebosando blancura,
y existió en el espejo de plata al par que en ella.


Traducción de Jesús Munárriz

Salmo 137


Lamento de los cautivos en Babilonia

1 Junto a los ríos de Babilonia,
Allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
Acordándonos de Sion.

2 Sobre los sauces en medio de ella
Colgamos nuestras arpas.

3 Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos,
Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.

4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?

5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.

6 Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegría.

7 Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén,
Cuando decían: Arrasadla, arrasadla
Hasta los cimientos.

8 Hija de Babilonia la desolada,
Bienaventurado el que te diere el pago
De lo que tú nos hiciste.

9 Dichoso el que tomare y estrellare tus niños
Contra la peña.


RVR 1960

El reposo del fuego I, 8; José Emilio Pacheco


El mundo azota sus cadenas.
La tempestad desciende.
_________________Y yo sin nombre,
busco un rastro fugaz, quiero un vestigio,
algo que me recuerde, si he olvidado,
la secreta eficacia con que el polvo
devora el interior de los objetos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Ficciones; Jorge Luis Borges


Recomendar Ficciones es descubrir el hilo negro, pero ejercitaré un poco mi memoria recordando algunos de los relatos que el libro, o los libros, contienen y lo que llama la atención en ellos.

Tlön, Uqbar, Orbis, Tertius es un relato en el que intelectuales de diversas partes del mundo crean, mejor dicho, imaginan, la configuración un universo distinto al nuestro indicando los datos de éste en diversos tomos de una enciclopedia.

Las ruinas circulares es la historia de un mago que sueña a un hombre. Lo sueña de un modo tan preciso que intenta recrear la vida entera del hombre dentro del sueño, pero ¿qué ocurre con la realidad del propio mago que sueña?

La lotería en Babilonia nos habla del azar, o mejor dicho, de cómo la probabilidad de que distintos eventos ocurran puede alterar el universo entero.

El Examen de la obra de Herbert Quain es un cuento en forma de ensayo o de análisis literario. Dentro de su contenido se muestra la idea de sugerir la creación de una novela que en sí misma es nueve novelas. Nos dice Borges: Trece capítulos integran la obra. El primero refiere el ambiguo diálogo de unos desconocidos en un andén. El segundo refiere los sucesos de la víspera del primero. El tercero, también retrógrado, refiere los sucesos de otra posible víspera del primero; el cuarto, los de otra. Cada una de esas tres vísperas (que rigurosamente se excluyen) se ramifica en otras tres vísperas, de índole muy diversa. La obra total consta, pues, de nueve novelas; cada novela, de tres largos capítulos.

La biblioteca de Babel es lo inverso a El libro de arena: una biblioteca que en sí misma contiene todas las combinaciones posibles de letras y textos coherentes en sus libros.

El jardín de senderos que se bifurcan es una metáfora en la que algunos ven nociones de física cuántica y otros la forma en la que la muerte o el destino (pueden ser lo mismo) alcanzan a una persona: en cualquiera de los enfoques es el tiempo el que juega un papel crucial.

En Funes el memorioso se narra la historia de un muchacho del campo que tiene el don de una memoria sin límites.

El milagro secreto nos muestra el desarrollo de un prodigio mudo, únicamente perceptible para quien goza de él.

Tres versiones de Judas plantea un argumento muy sugerente: si se supone que el redentor debería de ser vituperado y sufrir la peor de las humillaciones al venir a la Tierra, ¿quién fue Judas? ¿Qué papel tuvo él en esto? ¿En qué lo convierte? Después de proponer la tesis, se nos dice: Los teólogos de todas las confesiones lo refutaron. Lars Peter Engström lo acusó de ignorar, o de preterir, la unión hipostática; Axel Borelius, de renovar la herejía de los docetas, que negaron la humanidad de Jesus; el acerado obispo de Lund, de contradecir el tercer versículo del capítulo 22 del Evangelio de San Lucas.

Dejé a un lado en este comentario algunas piezas como Pierre Menard, autor del Quijote o El Sur, de la que el autor nos dice que es acaso su mejor cuento, debido a que el criterio que prima aquí es el de mi memoria pese a que en algunas partes eché mano directamente del texto del libro. Hace tiempo que no vuelvo sobre todos sus relatos y creo que es más fácil que perdure en mi memoria la exposición de una idea interesante o curiosa a la de una excelente calidad literaria, por desgracia. De todos modos, en casi todos los textos de Borges ambas van de la mano.



jueves, 10 de septiembre de 2009

Visita a Gandhi (un fragmento del diario de Gog); Giovanni Papini


Ahmedabad, 3 [de] marzo

No quería abandonar la India sin haber visto al más célebre hindú viviente, y fui, hace dos días, al Satyagraha, Ashram, domicilio de Gandhi.

El Mahatma me ha recibido en una estancia casi desnuda, en donde él, sentado en el suelo, se hallaba meditando junto a un argadillo inmóvil. Me ha parecido más feo y más descarnado de lo que aparece en las fotografías.

-Usted quiere saber -me ha dicho entre otras cosas- por qué deseamos expulsar a los ingleses de la India. La razón es sencilla: son los mismos ingleses los que han hecho nacer en mí esta idea castizamente europea. Mi pensamiento se formó durante mi larga estancia en Londres. Me di cuenta de que ningún pueblo europeo soportaría el ser administrado y mandado por hombres de otro pueblo. Entre los ingleses, sobre todo, este sentido de la dignidad y de la autonomía nacional está desarrolladísimo. No quiero ingleses en mi casa precisamente porque me parezco demasiado a los ingleses. Los antiguos hindúes se preocupaban muy poco de las cuestiones de la tierra y mucho menos de la política. Sumergidos en la contemplación del Atman, del Brahman, del Absoluto, deseaban solamente fundirse en el Alma única del universo. Para ellos, la vida ordinaria, exterior, era un tejido de ilusiones, y lo importante era libertarse de ella lo más pronto posible, primeramente con el éxtasis y luego con la muerte. La cultura inglesa, de sentido occidental -importada por efecto de la conquista-, ha cambiado nuestro concepto de la vida. Digo nuestro para decir el de los intelectuales, pues la masa ha permanecido durante siglos refractaria al mensaje europeo de la libertad política. El primero en sentirse impregnado de las ideas occidentales he sido yo, y me he convertido en el guía de los hindúes precisamente porque soy el menos hindú de todos mis hermanos.

»Si lee usted mis libros y sigue mi propaganda, verá claramente que las cuatro quintas partes de mi cultura y de mi educación espiritual y política son de origen europeo. Tolstoi y Ruskin son mis verdaderos maestros. El cristianismo ha inspirado, más que el Budismo, mi teoría de la no resistencia. He traducido a Platón, admiro a Mazzini, he meditado sobre Bacon, sobre Carlyle, sobre Boehme, me he servido de Emerson y de Charpentier. Mis ideas sobre la necesidad de la desobediencia, proceden de Thoreau, el sabio solitario de Concord; y mi campaña contra las máquinas es una repetición de aquella que los luditas, es decir, los secuaces de Ned Lud, realizaron en Inglaterra de 1811 a 1818. Finalmente, la poesía del argadillo se me reveló leyendo, en el Fausto de Goethe, el episodio de Margarita. Como ve, mis teorías no deben nada a la India, vienen todas de Europa y especialmente de los escritores de lengua inglesa. Figúrese que únicamente en Londres, en 1890 estudié la Bhaga[v]ad Gita, por indicación de Mrs. Besant, ¡una inglesa! Y al propugnar hoy la unión entre hindúes, mahometanos, parsis y cristianos no hago más que seguir el principio de la unidad religiosa proclamada por la Teosofía, creación castizamente europea. Huelga añadir que mi condenación de las castas deriva de los principios de igualdad de la Revolución francesa.

»La historia de Europa en el siglo XIX tuvo sobre mí una influencia decisiva. Las luchas de los griegos, de los italianos, de los polacos, de los húngaros, de los eslavos del Sur para sustraerse al dominio extranjero me han abierto los ojos. Mazzini ha sido mi profeta. La teoría del Home Rule de Irlanda es el modelo del movimiento que yo he llamado aquí Hind Swarai. He introducido en la India, por lo tanto, un principio absolutamente extraño a la mente hindú. Los hindúes, hombres metafísicos y cuerdos, han considerado siempre la política como una actividad inferior: si es necesario un poder y si hay gente que lo quiera ejercitar -pensaban- dejémosles hacer; será una molestia menos para nosotros. El hindú vive en el reino del espíritu puro, aspira a la eternidad. ¿Qué importa que le gobiernen rajás indígenas o emperadores extranjeros? Por esto soportamos durante siglos el dominio mongol y el mahometano. Luego vinieron los franceses, los holandeses, los portugueses, los ingleses; establecieron factorías en la costa, avanzaron hacia el interior, y les dejamos hacer. Son los europeos, y únicamente los europeos, los responsables de nuestro deseo presente de arrojar a los europeos. Sus ideas nos han cambiado, es decir, "desindianizado", y entonces, convertidos en discípulos de nuestros amos, ha nacido el deseo de no querer ya más amos. El que está más saturado de pensamiento inglés soy yo, y por esto estaba destinado a ser el jefe de la cruzada antiinglesa. No se trata aquí, como presumen los periodistas europeos, de una lucha entre el Occidente y el Oriente. Al contrario: el europeísmo ha impregnado de tal modo la India que nos hemos visto obligados a levantarnos contra Europa. Si la India hubiera permanecido puramente hindú, es decir, fiel a Oriente, toda contemplativa y fatalista, nadie de los nuestros habría pensado en sacudir el yugo inglés. En el momento en que fui traidor al espíritu antiguo de mi patria aparecí como el libertador de la India. Las ideas europeas a través de mi proselitismo -preparado de un modo excelente por la cultura inglesa difundida en nuestras escuelas- ha penetrado en las multitudes, y ya no hay remedio. Un hindú auténtico puede tolerar ser esclavo; un hindú anglicanizado quiere ser dueño de la India, como de Inglaterra los ingleses. Los más anglófilos -como lo era yo hasta fines de 1920- son necesariamente antibritánicos.

»Éste es el verdadero secreto de lo que se llama "movimiento gandhista", pero que debería llamarse propiamente "movimiento de los hindúes convertidos al europeísmo contra los europeos renegados", es decir, contra esos ingleses que morirían de vergüenza si fuesen a mandar a su país los franceses o los alemanes, y que luego pretenden gobernar, con la excusa de la filantropía, un país que no les pertenece. ¡Nos habéis cambiado el alma y ya no queremos saber nada de vosotros! ¿Recuerda el Aprendiz de Mago, de Goethe? Los ingleses han despertado en nosotros el dominio de la política que dormía en el fondo de nuestro espíritu de ascetas desinteresados, y ahora ya no saben cómo poderlo hacer desaparecer. ¡Peor para ellos!

Hacía ya algunos minutos que había entrado un discípulo en la habitación y silenciosamente había hecho una seña al Mahatma. Apenas hubo terminado de hablar, me puse en pie para dejarle en libertad y, después de haberle dado las gracias por sus inesperadas informaciones, regresé en automóvil a Ahmedabad.

Tras el festejo, el hermano del hijo pródigo se resuelve a mostrar quién es el peor de ambos; Luis Vicente de Aguinaga


El hijo mayor se hallaba en el campo, y cuando, de vuelta, se acercaba a su casa, oyó la música y los coros. Y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: “Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha mandado matar un becerro cebado, porque le ha recobrado sano”. Él se enojó y no quería entrar, pero su padre salió y le llamó. Él respondió y dijo a su padre: “Hace ya tantos años que te sirvo sin jamás haber traspasado tus mandatos, y nunca me diste un cabrito para hacer fiesta con mis amigos, y al venir este hijo tuyo, que ha consumido tu fortuna con meretrices, le matas un becerro cebado". Él le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todos mis bienes tuyos son; mas era preciso hacer fiesta y alegrarse, porque este tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado”.

LUCAS, 15:25-32

Suponiendo que te lo diga.
Vamos a suponerlo. Que yo te diga:
“Soy el peor de tus hijos”.
O, a lo mejor, que lo mitigue:
“Vengo, padre, como el peor
de tus hijos”. Como si el peor
fuera el otro. Como si yo apenas
me le asemejara. Supongamos.
¿Ganarías algo con oírmelo?
¿Te venderían la gasolina más barata?
¿Conseguirías jubilarte por adelantado?
¿Te dirías a ti mismo: “Es lo que yo
esperaba oír”, y entenderías entonces
que ya no soy el peor, ni casi el peor,
pues he mejorado al admitirlo?

Brincos diéramos, padre. Bueno fuera.

Tendrá la culpa esta memoria,
si tú quieres. Qué digo
esta memoria: este recuerdo
solo, del día que temiste
tener un hijo menos, pues
ya no estaba por ninguna parte,
y me pediste a mí con la mirada
y un movimiento indigno de la mano
que fuera tus dos hijos, y que fuera
de preferencia el que perdiste.

¿Tendré la culpa yo, que soy
esta memoria? Qué digo
esta memoria: este recuerdo,
el rastro de la voz —mi propia voz—
del hijo que dejé de ser,
y para qué: para no ser
tampoco el otro. Qué digo
ese recuerdo: más bien el de tus ojos
mirando a través de los rebaños,
cruzando los campos de trabajo
y topándose al fin con el hombre que venía
y era el hijo perdido y el hermano
que yo no pude ser, que no fui nunca,
que se quedó sin mí al estar perdido
y me dejó sin él,
que me quedé también sin ambos
al irme sin mi cuerpo y al dejarme
a solas con tu tierra, padre,
solo de ti, solo de todos, a la espera
del día en que volviéramos, del día
en que pudiéramos al fin reconocernos.


De: Fractura expuesta
Mantis editores, 2008
Págs. 50-2

Cancion al que será flechado / Canción al flechador


CANCIÓN AL QUE SERÁ FLECHADO

Mocetones recios,
hombres del escudo en orden,
entran hasta el medio
de la plaza para
medir sus fuerzas
en la Danza del Kolomché.

En medio de la plaza
está un hombre
atado al fuste de la columna
pétrea, bien pintado
con el bello
añil. Puesto le han muchas
flores del Balché para que se perfume;
así en las palmas de sus manos, en
sus pies, como en su cuerpo también.

Endulza tu ánimo, bello
hombre; tú vas
a ver el rostro de tu Padre
en lo alto. No habrá de
regresarte aquí sobre
la tierra bajo el plumaje
del pequeño Colibrí o
bajo la piel
. . . del bello Ciervo,
del Jaguar, de la pequeña
Mérula o del pequeño Paují.
Date ánimo y piensa
solamente en tu Padre; no
tomes miedo; no es
malo lo que se te hará.
Bellas mozas
te acompañan en tu
paseo de pueblo en pueblo . . .
. . . No tomes
miedo; pon tu ánimo
en lo que va a sucederte.
Ahí viene el gran Señor
Holpop; viene
con su Ah-Kulel;
así también el Ahau
Can Pech, ahí
viene; a su vera
viene el gran Na-
con Aké; ahí viene
el Batab H . . .
Ríe, bien
endúlcese tu ánimo,
porque tú eres
a quien se ha dicho
que lleve la voz
de tus convecinos
ante nuestro Be-
llo Señor,
aquel que está puesto
aquí sobre la tierra
desde hace ya
muchísimo.


CANCIÓN AL FLECHADOR

Espía, acechador que andas cazando por los montes,
una vez, dos veces,
vamos a cazar a orillas de la arboleda
en rápida danza, hasta tres veces.
Alza bien tu frente,
alista bien la mirada,
no hagas errores
para que alcances tu premio.
¿Tienes bien afilada la punta de tu dardo?
¿Tienes bien enastada la cuerda
de tu arco, has puesto buena
resina de catzim en las plumas
que están en la punta de la vara de tu dardo?
¿Has untado bien
grasa de ciervo macho
en la fuerza de tu brazo, en la fuerza de tu pie,
en tus rodillas, en tus gemelos,
en tus costillas, en tu tórax, en tu pecho?
Da tres vueltas rápidas
alrededor de la columna de piedra pintada,
ahí donde está atado el viril
hombre joven, virgen e inmaculado.
Da la primera, a la segunda
toma tu arco, ponle la flecha,
apúntale al pecho, no es necesario
que pongas toda tu fuerza
para asaetearlo, para no
herirlo profundamente en sus carnes,
para que pueda sufrir un poquito,
pues así lo quiso
el Bello Señor Dios.
Cuando des la segunda vuelta
a la columna pintada de azul,
cuando la des,
asaetéalo de nuevo.
Habrás de hacer esto
sin dejar de danzar, porque
así es como lo hacen los buenos escuderos guerreros,
los hombres que se escogen
para dar bondad
a los ojos del Señor Dios.
Así como se asoma el sol
sobre el bosque del oriente,
comienza del arquero flechador
el canto.
Todo lo dan
los escuderos peleadores.


Ómnibus de poesía mexicana
Presentación, compilación y notas de Gabriel Zaid
Uno: Poesía indígena
I: Poesía anónima recogida entre los siglos xvi y xx
6. Maya peninsular
Páginas 25-8
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
27a edición

martes, 8 de septiembre de 2009

Frank Drummer (from Spoon River Anthology); Edgar Lee Masters


OUT of a cell into this darkened space—
The end at twenty-five!
My tongue could not speak what stirred within me,
And the village thought me a fool.
Yet at the start there was a clear vision,
A high and urgent purpose in my soul
Which drove me on trying to memorize
The Encyclopedia Britannica!

lunes, 7 de septiembre de 2009

Some serious enemies of Christianity in times of the Roman Empire


[...] it is remarkable that among the emperors it was not the willful tyrants of the Nero type or the fanatical reactionaries of the Julian type that were a serious danger to Christianity but the righteous Stoics of the type of Marcus Aurelius. The reason for this is that Courage and Wisdom: The Stoics n the Stoic has a social and personal courage which is a real alternative to Christian courage.

Stoic courage is not an invention of the Stoic philosophers. They gave it classical expression in rational terms; but its roots go back to mythological stories, legends of heroic deeds, words of early wisdom, poetry and tragedy, and to centuries of philosophy preceding the rise of Stoicism. One event especially gave the Stoics' courage lasting power the death of Socrates. That became for the whole ancient world both a fact and a symbol. It showed the human situation in the face of fate and death. It showed a courage which could affirm life because it could affirm death. And it brought a profound change in the traditional meaning of courage. In Socrates the heroic courage of the past was made rational and universal. A democratic idea of courage was created as against the aristocratic idea of it. Soldierly fortitude was transcended by the courage of wisdom. In this form it gave "philosophical consolation" to many people in all sections of the ancient world throughout a period of catastrophes and transformations.

Paul Tillich
The Courage to Be
1. Being and Courage
Courage and Wisdom: The Stoics

domingo, 6 de septiembre de 2009

Poor ugly people...


MIRANDA [when she meets Ferdinand for the first time...]

There's nothing ill can dwell in such a temple.
If the evil spirit have so fair a house,
Good things will strive to dwell with't.

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MIRANDA [cuando conoce a Ferdinand por primera vez...]

Nada indigno puede caber jamás en ese santuario de su cuerpo.
Si la maldad habitara esa hermosa mansión,
también la bondad querría morar en ella.


William Shakespeare
The Tempest I.ii.457-59
Edición bilingüe del Instituto Shakespeare
dirigida por M. Ángel Conejero
Cátedra, 2007
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El contenido dentro de los corchetes fue agregado por el autor del blog