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martes, 27 de enero de 2009

The curious case of the roman numeral IIII in clocks...


The substractive principle [applied to romal numerals] was used on and off in ancient times but was not regularly adopted until the Middle Ages. One interesting theory for the delay involves the simplest use of the principle-that of IV ("four"). These are the first letters of IVPITER the chief of the Roman gods and the Romans may have had a delicacy about writing even the begining of the name. Even today, on clockfaces bearing Roman numerals, "four" is represented as IIII and neves as IV. This is not because the clockface does not accept the substractive principles, for "nine" is represented as IX and never as VIIII.



Asimov on Numbers. Nothing Counts.
Isaac Asimov
Pocket Books, 1978
Page 12


Las mujeres vinieron (poesía anónima cora del siglo XX)


Las mujeres vinieron del poniente,
las mujeres blancas vinieron de Wáwata;
vinieron coronadas de flores blancas.
Sus caras eran blancas, sus plumas blancas,
blancos sus huaraches. Vienen del mar,
de la piedra de la lluvia. Son hijas
del mar, de la diosa del mar Chevimú.
traían collares de perlas,
brazaletes de frío, sonajas de frío.
Venían de la oscuridad. Venían de la noche.

Y los hombres vinieron del oriente.
Vinieron de Villantá.
Sus aljabas y sus flechas eran rojas.
Sus vestidos rojos brillaban;
Traían rayos en las manos
y traían tormentas,
y sus voces eran terribles.

Las mujeres y los hombres se encontraron.
Las mujeres venidas de Wáwata.
Los hombres venidos de Villantá.
Y cayó la lluvia sobre la Reina.
Y se desataron las tormentas
sobre la tierra seca de “Jesús María”.
Los rayos rajaban los palos.
Y el aire parecía que echaba cohetes.
Tronaba el aire: Bum, bum, bum.
Y las mujeres de Chevimú tronaban más recio.
Se oían las voces de los hombres rojos: Bum, bum.
Y se oía el canto de las ranas: kue, kue.
El mundo entero se mojó. Bramaban los ríos.
Y nosotros arriba, mojados, bailábamos.
Y el ruido de las sonajas atraía la lluvia.
Las mujeres y los hombres bailaban en el cielo.

Ómnibus de poesía mexicana
Presentación, compilación y notas de Gabriel Zaid
Uno: Poesía indígena
I: Poesía anónima recogida entre los siglos xvi y xx
1. Cora (siglo xx)
Página 13
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
27a edición

Atlántida; Wisława Szymborska


EXISTIERON O NO EXISTIERON.
En una isla o no en una isla.
Un océano o no un océano
se los tragó o no.

¿Hubo quién amara a quién?
¿Hubo quién con quién luchara?
Sucedió todo o nada
allí o no allí.

Había siete ciudades
¿Seguro?
Querían estar para siempre.
¿Y las pruebas?

No inventaron la pólvora, no.
Inventaron la pólvora, sí.

Hipotéticos. Dudosos.
No conmemorados.
No extraídos del aire,
del fuego, del agua, de la tierra.

No encerrados en la piedra
Ni en la gota de lluvia.
Incapaces de servir
en serio como moraleja.

Cayó un meteoro.
No era un meteoro.
Un volcán hizo erupción.
No era un volcán.
Alguien gritó algo.
Nadie nada.

En esta más/menos Atlántida.

Traducción de Gerardo Beltrán

Versos iniciales de la primera de las Elegías de Duino


¿Quién me oiría, si gritase yo, desde la esfera de los ángeles?
Y aunque uno de ellos me estrechase de pronto
contra su corazón, su existencia más fuerte
me haría perecer. Pues lo hermoso no es otra cosa que el
___comienzo
de lo terrible en un grado que todavía podemos soportar
y si lo admiramos tanto es sólo porque, indiferente,
rehúsa aniquilarnos. Todo ángel es terrible.

Así pues me contengo y ahogo el clamor en mi garganta
de un oscuro sollozo. ¡Ay!, ¿a quién podremos
recurrir? A los ángeles no, ni tampoco a los hombres.
Y hasta el sagaz instinto de los animales les hace percibir
que no nos sentimos a gusto, ni seguros,
en este mundo interpretado. Tal vez nos queda un árbol
en la ladera, para que sea posible contemplarlo
cada día de nuevo; nos queda el camino del ayer
y la mimada fidelidad a una costumbre
que nos fue dada, se quedó con nosotros y nunca nos abandonó.

R. M. Rilke
Traducción de Jenaro Talens

viernes, 23 de enero de 2009

Galileo; Augusto Monterroso

1983

Encuentro en el café con José Antonio Robles, filósofo, matemático y cuentista. Como ocurre con los buenos amigos, cuando nos vemos hablamos invariablemente de lo mismo; pero dejamos siempre el suficiente espacio temporal entre un encuentro y otro para que nuestros aportes a la conversación nos resulten novedosos. Y a veces lo son, o casi. En esta ocasión, antes de saludarlo en forma, le pregunté si recordaba el siguiente anagrama

SMAISMRMILMEPOETALEVMIBVNENVGTTAVIRAS

que Galileo publicó en 1610, y que pasado al latín dice

ALTISSIMVM PLANETAM TERGEMINVM OBSERVAVI

y al español

HE OBSERVADO QUE EL PLANETA MAS LEJANO
ES UN TRIPLETE

Sí; lo recordaba más o menos, pero lo que le extrañó fue que yo se lo preguntara cuando él acababa de escribir el nombre de Galileo en un trabajo que revisaba ahí mismo, en el café. Naturalmente, después de esto hablamos de magia, tema mucho más rico que el del azar o las meras coincidencias. Por mi parte, yo no sé qué cosa sea un triplete, pero no tuve más remedio que traducir así el término inglés “triplet”, que es el que usa W. H. Auden en el libro del que lo tomé. Robles me contraatacó con un palindroma que yo no conocía:

SUMS ARE NOT SET AS A TEST ON ERASMUS

y entonces yo recordé, aunque no se lo dije, que Julio Cortázar me ofreció hace años buscarme en una biblioteca de París el Evangelio según San Mateo puesto en alejandrinos palindrómicos franceses por alguien en el siglo XVIII, ofrecimiento que no le acepté por temor a hacerlo perder el tiempo.

[31 de diciembre]

De: La letra e

Every poem an epitaph...


...that's from Elliot. Isn't it true, Mr. Masters?

Chase Henry and Judge Somers in Spoon River Anthology


Chase Henry

In life I was the town drunkard;
When I died the priest denied me burial
In holy ground.
The which redounded to my good fortune.
For the Protestants bought this lot,
And buried my body here,
Close to the grave of the banker Nicholas,
And of his wife Priscilla.
Take note, ye prudent and pious souls,
Of the cross-currents in life
Which bring honor to the dead, who lived in shame.


Judge Somers

How does it happen, tell me,
That I who was most erudite of lawyers,
Who knew Blackstone and Coke
Almost by heart, who made the greatest speech
The court-house ever heard, and wrote
A brief that won the praise of Justice Breese
How does it happen, tell me,
That I lie here unmarked, forgotten,
While Chase Henry, the town drunkard,
Has a marble block, topped by an urn
Wherein Nature, in a mood ironical,
Has sown a flowering weed?

Edgar Lee Masters

Elegia multipla V (fragmento); Herberto Helder


Não se canta e floresce. Ninguém
amadurece no meio da sua vida.
Toca-se lentamente uma parte suspensa do corpo,
e a alta tristeza purifica os dedos.
Porque um homem não é uma canção fria ou
uma roseira. Não
é um fruto como entre folhas inspiradoras.
Um homem vive uma profunda eternidade que se fecha
sobre ele, mas onde o corpo
arde para além de qualquer símbolo, sem alma e puro
como um sacrifício antigo.

—Por sobre frias canções e roseiras aterradoras,
minha carne ligada nutre o silêncio maravilhoso
de uma grande vida.

Pode ser que tudo esteja bem no plural
de um mundo intenso. Mas
o amor é outro poder, a carne
vive de sua absorta permanência. Esta vida
de que falo
não se escoa, não alimenta os superlativos
diários. É única
e perene sobre a escondida fluência
dos movimentos.

___________—Uma roseira, mesmo
incomparável, cobre tudo com a sua distracção vermelha
.Por detrás da noite de pendidas
rosas, a carne é triste e perfeita
como um livro.
_________________________________


No se canta y se florece. Nadie
madura en medio de su vida.
Se toca lentamente una parte suspendida del cuerpo,
y la alta tristeza purifica los dedos.
Porque un hombre no es una canción fría o
un rosal. No
es un fruto como entre hojas inspiradoras.
Un hombre vive una profunda eternidad que se cierra
sobre él, pero donde el cuerpo
arde más allá de cualquier símbolo, sin alma y puro
como un sacrificio antiguo.

—Por encima de frías canciones y de rosales aterradores,
mi carne unida nutre el silencio maravilloso
de una gran vida.

Puede ser que todo esté bien en lo plural
de un modo intenso. Pero
el amor es otro poder, la carne
vive de su absorta permanencia. Esta vida
de que hablo
no se escapa, no alimenta los superlativos
diarios. Es única
y perenne sobre la escondida fluidez
de los movimientos.

________________—Un rosal, aun siendo
incomparable, lo cubre todo con su distracción roja.
Tras la noche de colgantes
rosas, la carne es triste y perfecta
como un libro.


Traducción de Jesús Munárriz:
O el poema continuo (Ou o poema contínuo)
poesía Hiperión, 2006
Págs. 21-23

miércoles, 21 de enero de 2009

Las uñas; Jorge Luis Borges


Dóciles medias los halagan de día y zapatos de cuero claveteados los fortifican, pero los dedos de mi pie no quieren saberlo. No les interesa otra cosa que emitir uñas: láminas córneas, semitransparentes y elásticas, para defenderse, ¿de quién? Brutos y desconfiados como ellos solos, no dejan un segundo de preparar ese tenue armamento. Rehúsan el universo y el éxtasis para seguir elaborando sin fin unas vanas puntas, que cercenan y vuelven a cercenar los bruscos tijeretazos de Solingen. A los noventa dias crepusculares de encierro prenatal establecieron esa única industria. Cuando yo esté guardado en la Recoleta, en una casa de color ceniciento provista de flores secas y de talismanes, continuarán su terco trabajo, hasta que los modere la corrupción. Ellos, y la barba de mi cara.

De: El hacedor

El mito de Prometeo en el Protágoras

A partir de aquí comienza «el mito de Prometeo», amañado por Protágoras para darnos su versión sofística sobre «los orígenes de la cultura», relato de muy varias sugerencias…

__Hubo una vez un tiempo en que existían los dioses, pero no había razas mortales. Cuando también a éstos les llegó el tiempo destinado de su nacimiento, los forjaron los dioses dentro de la tierra con una mezcla de tierra y fuego, y de las cosas que se mezclan con la tierra y el fuego. Y cuando iban a sacarlos a la luz ordenaron a Prometeo y a Epimeteo que los aprestaran y les distribuyeran las capacidades a cada uno de forma conveniente. A Prometeo le pidió permiso Epimeteo para hacer él la distribución. «Después de hacer yo el reparto, dijo, tú lo inspeccionas.» Así lo convenció, y hace la distribución. En ésta, a unos les concedía la fuerza sin la rapidez y, a los más débiles, los dotaba con la velocidad. A unos los armaba y, a los que les daba una naturaleza inerme, les proveía de alguna otra capacidad para su salvación. A aquellos que envolvía en su pequeñez, les proporcionaba una fuga alada o un habitáculo subterráneo. Y a los que aumentó en tamaño, con esto mismo los ponía a salvo. Y así, equilibrando las demás cosas, hacía su reparto. Planeaba esto con la precaución de que ninguna especie fuera aniquilada.
__Cuando les hubo provisto de recursos de huida contra sus mutuas destrucciones, preparó una protección contra las estaciones del año que Zeus envía, revistiéndolos con espeso cabello y densas pieles, capaces de soportar el invierno y capaces, también, de resistir los ardores del sol, y de modo que, cuando fueran a dormir, estas mismas les sirvieran de cobertura familiar y natural a todos. Y los calzó a unos con garras y revistió a otros con pieles duras sin sangre. A continuación facilitaba medios de alimentación diferentes a unos y a otros: a éstos, el forraje de la tierra, a aquéllos, los frutos de los árboles y a los otros, raíces. A algunos les concedió que su alimento fuera el devorar a otros animales, y les ofreció una exigua descendencia, y, en cambio, a los que eran consumidos por éstos, una descendencia numerosa, proporcionándoles una salvación a la especie. Pero, como no era del todo sabio Epimeteo, no se dio cuenta de que había gastado las capacidades en los animales; entonces todavía le quedaba sin dotar la especie humana, y no sabía qué hacer.
__Mientras estaba perplejo, se le acerca Prometeo que venía a inspeccionar el reparto, y que ve a los demás animales que tenían cuidadosamente de todo, mientras el hombre estaba desnudo y descalzo y sin coberturas ni armas. Precisamente era ya el día destinado, en el que debía también el hombre surgir de la tierra hacia la luz. Así que Prometeo, apurado por la carencia de recursos, tratando de encontrar una protección para el hombre, roba a Hefesto y a Atenea su sabiduría profesional, junto con el fuego —ya que era imposible que sin el fuego aquélla pudiera adquirirse o ser de utilidad a alguien y, así, luego la ofrece como regalo al hombre. De este modo, pues, el hombre consiguió tal saber para su vida; pero carecía del saber político, pues éste dependía de Zeus. Ahora bien, a Prometeo no le daba ya tiempo de penetrar en la acrópolis en la que mora Zeus; además los centinelas de Zeus eran terribles*. En cambio, en la vivienda, en común, de Atenea y de Hefesto, en la que aquéllos practicaban sus artes, podía entrar sin ser notado, y, así, robó la técnica de utilizar el fuego de Hefesto y la otra de Atenea y se la entregó al hombre. Y de aquí resulta la posibilidad de la vida para el hombre; aunque a Prometeo luego, a través de Epimeteo**, según se cuenta, le llegó el castigo de su robo.
__Puesto que el hombre tuvo participación en el dominio de lo divino a causa de su parentesco con la divinidad***, fue, en primer lugar, el único entre los animales en creer en los dioses, e intentaba construirles altares y esculpir sus estatuas. Después, articuló rápidamente, con conocimiento, la voz y los nombres, e inventó sus casas, vestidos, calzados, coberturas y alimentos del campo. Una vez equipados de tal modo, en un principio habitaban los humanos en dispersión, y no existía ciudades. Así que se veían destruidos por las fieras, por ser generalmente más débiles que aquéllas; y su técnica manual resultaba un conocimiento suficiente como recurso para la nutrición, pero insuficiente para la lucha contra las fieras. Pues aún no poseían el arte de la política, a la que el arte bélico pertenece. Ya intentaban reunirse y ponerse a salvo con la fundación de ciudades. Pero, cuando se reunían, se atacaban unos a otros, al no poseer la ciencia política; de modo que de nuevo se dispersaban y perecían.
__Zeus, entonces, temió que sucumbiera toda nuestra raza, y envió a Hermes que trajera a los hombres el sentido moral**** y la justicia, para que hubiera orden en las ciudades y ligaduras acordes de amistad. Le preguntó, entonces, Hermes a Zeus de qué modo daría el sentido moral y la justicia a los hombres: «¿Las reparto como están repartidos los conocimientos? Están repartidos así: uno sólo que domine la medicina vale para muchos particulares, y lo mismo los otros profesionales. ¿También ahora la justicia y el sentido moral los infundiré así a los humanos o los reparto a todos?». «A todos, dijo Zeus, y que todos sean partícipes. Pues no habría ciudades, si sólo algunos de ellos participaran, como de los otros conocimientos. Además, impón una ley de mi parte: que al incapaz de participar del honor y la justicia lo eliminen como a una enfermedad de la ciudad».
__Así es, Sócrates, y por eso los atenienses y otras gentes, cuando se trata de la excelencia arquitectónica o de algún tema profesional, opinan que sólo unos pocos deben asistir a la decisión, y si alguno que está al margen de estos pocos da su consejo, no se lo aceptan, como tú dices. Y es razonable, digo yo. Pero cuando se meten en una discusión sobre la excelencia política, que hay que tratar enteramente con justicia y moderación, naturalmente aceptan a cualquier persona, como que es el deber de todo el mundo participar de esta excelencia; de lo contrario, no existirían ciudades. Ésa, Sócrates, es la razón de esto.

* Los «centinelas» de Zeus son —como ya vio Heindorf— Poder y Violencia, Kratos y Bía, en alusión a un pasaje de HESÍODO, Teog. 383 y sigs.
** «a través de Epimeteo» puede ser una ligera alusión a la leyenda de Pandora, el ambiguo regalo de los dioses que Epimeteo, desoyendo los consejos de su hermano, aceptó.
*** La frase «… a causa de su parentesco con la divinidad» (díà tḕn toû theoû syngéneian) es secluida por algunos editores del texto (así, o. ej., Adam), por considerarla interpolada. A mi ver, sin motivo suficiente.
**** La traducción de la palabra aidṓs plantea alguna dificultad. Dice R. MONDOLFO (en La comprensión del sujeto humano en la cultura antigua, Buenos Aires, 1955, pág. 538): «Me parece que sólo la expresión ʻsentimiento o conciencia moralʼ puede traducir de manera adecuada el significado de la palabra aidṓs en Protágoras, que conserva, sin duda, el sentido originario de ʻpudor, respeto, vergüenzaʼ, pero de una vergüenza que se experimenta no sólo ante los demás, sino también ante sí mismo, de acuerdo con la enseñanza pitagórica, de tan vasta repercusión en la ética antigua». Sobre aidṓs y díkē en este pasaje, cf., además, lo que apunta GUTHRIE en […]. HGPh., III, pág. 66, y la nota de TAYLOR op. cit., a pág. 85. He preferido, con todo, la expresión «sentido moral» a la de «conciencia», término más moderno y complejo. Taylor, en su ya citada anotación al texto, dice que el que Platón haya preferido las palabras aidṓs y díkē a las de sōphrosýnē y dikaiosýnē «está probablemente más dictado por razones estilísticas que por cualquier distinción de sentido». Es cierto que las razones de estilo han influido en tal elección, para dar al relato mítico un tono arcaico y evocar el texto de HESÍODO (Trab. 190-210), pero también la diferencia de sentido es, a mi entender, importante. Se evita el nombre más concreto de las virtudes morales y se prefiere el nombre más vago y arcaico que acentúa su valor social (aidṓs es mucho más amplio que sōphrosýnē).

Platón, Protágoras, Gredos, Madrid, 2008.
Traducción y notas de C. García Gual

Naturaleza muerta con globo; Wisława Szymborska


EN LUGAR DE QUE VUELVAN LOS RECUERDOS
en el instante de la muerte
solicito el regreso
de las cosas perdidas.

Por las puertas y ventanas: los paraguas,
la maleta, los guantes, el abrigo,
para poder decir:
qué me importa todo eso.

Alfileres, este peine, aquél,
la rosa de papel, la cuerda, el cuchillo,
para poder decir:
nada de eso echo de menos.

Dondequiera que estés, llave,
trata de llegar a tiempo,
para poder decir:
la herrumbre, querida, la herrumbre.

Descenderá una nube de constancias,
de pases, de expedientes,
para poder decir:
el sol se pone.

Reloj, fluye desde el río,
deja que te tome en mi mano,
para poder decir:
finges la hora.

Aparecerá también el globo
secuestrado por el viento,
para poder decir:
aquí no hay niños.

Vuela por la ventana abierta,
vuela por el amplio mundo,
que alguien exclame: ¡Ay!
para poder llorar.


Traducción de Gerardo Beltrán

martes, 20 de enero de 2009

Cambio de opinión...


Existe gran número de personas que no tienen durante su vida más que una idea, y por lo mismo no se contradicen nunca. No pertenezco a esa clase; yo aprendo de la vida, aprendo mientras vivo, y, por lo tanto, aprendo hoy todavía. Es posible que lo que hoy es mi opinión, de aquí a un año no lo sea, o lo considere erróneo, y me diga: ¿Cómo he podido tener esa opinión antes?


-Bismarck

El erizo; José Emilio Pacheco

El erizo tiene miedo de todo y quiere dar miedo
en el fondo del agua o entre las piedras.
Es una flor armada de indefensión,
una estrella color de sangre,
derruida en su fuego muerto.

Zarza ardiente en el mar, perpetua llaga
resiste la tormenta en su lecho de espinas.
El erizo no huye: se presenta
en guerra pero inerme ante nuestros ojos.

Al fondo de su cuerpo la boca, herida abierta, discrepa
de su alambre de púas, su carcaj
de flechas dirigidas a ningún blanco.

Testigo vano de su hiriente agonía,
el erizo no cree en sí mismo ni en nada.
Es una esfera
cuya circunferencia está en el vacío.
Es una isla
asediada de lanzas por todas partes.

Soledad del erizo, martirio eterno
de este San Sebastián que nació acribillado.
El erizo nunca se ha visto,
no se conoce a sí mismo.
Tan sólo puede imaginarse a partir
de los otros erizos,su áspero prójimo,
su semejante rechazante.

Bajo el mar que no vuelve avanza el erizo
con temerosos pies invisibles.
Se dirige sin pausa hacia la arena
en donde está la fuente del silencio.

lunes, 19 de enero de 2009

Versos de Labīd Ibn Rabīʻa que hablan de la nobleza


Para vituperarse a sí mismo nadie como el hombre noble.
El amigo íntegro, en cambio, le saca adelante.



La poesía árabe clásica
Antología preparada por Josefina Veglison
poesía Hiperión
2a edición, 2005
Página 89

¡Milagro!; Mario Quintana

En este mundo, de prodigios
y de la gracia de Dios lleno,
nada más sobrenatural
que los ateos.

-Traducción de Enrique García-Máiquez

La casa de reposo; Fernando Iwasaki


__LA MADRE SUPERIORA miró hacia el cielo como buscando una señal divina, y en sus ojos desvelados de oraciones reverberó cristalina una lágrima.
__-¿Y dice usted que el viejo profesor se niega a ir a misa, hermana?
__-Así es, reverenda. Y maldice y ofende a María Santísima.
__-No importa, hermana. Llévelo entonces a dar un paseo por el huerto.
__-Sí, reverenda.
__-Hermana...
__-¿Sí, reverenda?
__-Que parezca un accidente.


De: Ajuar Funerario

Reconciliados... un haiku de Teishitsu

Reconciliados,
el hielo vuelve al agua:
todo ha pasado.

-Traducción de Alberto Silva
_____


_____Glace et eau
leur différence résolue
_____de nouveau sont amies.

Texte français de Roger Munier

Dos anécdotas que hablan de Tales de Mileto


Platón, Teeteto 174a:
Como también se dice que Tales, mientras estudiaba los astros... y miraba hacia arriba, cayó en un pozo, y que una bonita y graciosa criada tracia se burló de que quisiera conocer las cosas del cielo y no advirtiera las que tenía junto a sus pies.

Aristóteles, Política I 11, 1259a:
Pues todas estas cosas son útiles para los que aprecian el arte de las ganancias, como por ejemplo la maniobra financiera de Tales de Mileto, que atribuyeron a su sabiduría pero que tiene carácter universal. En efecto, como lo injuriaban por su pobreza y por la inutilidad de la filosofía, se dice que, gracias a sus conocimientos astronómicos, pudo saber cómo sería la cosecha de aceitunas. Así, cuando era aún invierno y tenía un poco de dinero, tomó mediante fianza todas las prensas de aceite de Mileto y de Quíos, arrendándolas por muy poco, pues no había competencia. Cuando llegó la oportunidad y todos a la vez buscaban prensas, las alquiló como quería, juntando mucho dinero, para demostrar qué fácil resulta a los filósofos enriquecerse cuando quieren hacerlo.


Traducción de Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá
_________________________________

Claro, lo que dice Aristóteles es muy lógico. De hecho, es un secreto a voces que en nuestros días todos los académicos e investigadores de alto nivel podrían volverse ricos si lo quisieran, pero son tan sabios que por este mismo motivo no piensan en ello. Los filósofos y los teólogos, por ejemplo, de entrada eligen profesiones no redituables, pues saben que la obtención de dinero no es el motivo principal de su vida. Los doctores en finanzas poseen conocimientos ocultos (se ha filtrado información, pero algunos afirman que los guardan con más recelo que un masón) que en cualquier momento les permitirían ejercer un control enorme sobre los mercados de valores que los llevarían a estar entre los más ricos del mundo, pero no lo ejercen porque saben que eso desestabilizaría al mercado y no sería justo para los demás. Lo mismo podemos decir de los expertos entre los Ingenieros Agrónomos, los doctos en geología, los desarrolladores de software, etc... Todos han acallado sus conocimientos en pro de una sociedad más justa.

Esta costumbre viene desde antaño, ¿o no nos dice Platón también en un pasaje del Protágoras que los lacedemonios estaban entre los hombres más sabios de aquél entonces, pero que mantenían en secreto su conocimiento al hacerse pasar por hombres hoscos y únicamente amantes de la milicia pero que cuando no habían extranjeros presentes se entregaban a coloquios filosóficos que duraban días enteros?

viernes, 16 de enero de 2009

Conmemoración; Wisława Szymborska

Se amaron entre avellanos,
bajo soles de rocío,
de hojas secas y tierra
se les llenó el cabello.

Corazón de golondrina,
ten piedad de ellos.

Se arrodillaron junto al lago,
se quitaron las hojas,
y los peces se acercaban
a la orilla como estrellas.

Corazón de golondrina,
ten piedad de ellos.

El reflejo de los árboles humeaba
en la diminuta ola.
Golondrina, haz que nunca
lo olviden.

Golondrina, espina
de nube,
ancla del aire,
Ícaro mejorado,
frac en el séptimo cielo,
golondrina, caligrafía,
manecilla sin minutos,
gótico temprano de pájaros,
estrabismo en los cielos,

golondrina, silencio agudo,
luto alegre,
aureola de los amantes,
ten piedad de ellos.

Traducción de Abel A. Murcia

La sabiduría de Endimión


No la belleza, no el sueño, no la luna. Cuando alguien habla de Endimión es difícil que su imagen no evoque esas palabras, claves en su historia, pero casi nadie recuerda o estima su sabiduría. El pastor, de acuerdo a ciertas versiones de su mito, podría haber sido uno de los maestros, segundo tal vez únicamente ante Salomón, en el arte de responder al pídeme lo que desees de la divinidad, si hacemos caso a lo que dice Apolodoro:

De Cálice y Aeltio nació un hijo, Endimión, quien con eolios sacados de Tesalia fundó Élide; algunos dicen que era hijo de Zeus. Por su extraordinaria belleza, Selene se enamoró de él, y Zeus le concedió lo que quisiera. Él eligió dormir por siempre, joven e inmortal.

Biblioteca I 7,5
Traducción de M. Rodríguez de Sepúlveda




jueves, 15 de enero de 2009

Balada de Qi: Sol de levante

Cita secreta de dos amantes

Brilla el sol en el oriente
esa bella mujer
está en mi alcoba
está en mi alcoba
conmigo vino a acostarse
en la esterilla.
En el oriente brilla la luna
esa bella mujer
está en mi casa
está en mi casa
y conmigo
ahora se marcha.


De: Antología de poesía china
Shijing
Biblioteca Universal Gredos
Editorial Gredos, 2003
Página 39
Traducción de Juan Ignacio Preciado Idoeta

Elefantes marinos*; José Emilio Pacheco (Recortado de otro lugar)


Miden generalmente cinco metros de largo.
Tienen los ojos grandes y brillantes,
dulces como los ojos de un animal nocturno.
Forman manadas, viven
en cavernas marinas.
Aparecen inmóviles:
grandes rocas negruzcas,
amarillentos, sucios, pesadamente informes.
Pertenecen al orden
de los pinnípedos,
familia de los fócidos.
Nombre científico:
Mirounga angustirostris.

*Recortado de Fauna mexicana por Juan B. Salazar, Contemporáneos, 1929.

miércoles, 14 de enero de 2009

Cirqueros; Hugo Hiriart

1
¿Qué admiras en el cirquero? La destreza.
__¿Qué admiras en el pianista?, ¿también la destreza? Sí, pero no sólo eso, ahí está el juego de las ideas musicales, la claridad con que las entiende y la precisión de las emociones que trasmite, entre otras cosas.
__¿Qué admiras en el poeta? Muchas cosas, también la destreza, pero la destreza suele estar escondida y al servicio de habilidades más urgentes e imperiosas.
__Por eso sólo en el cirquero la destreza es químicamente pura. Inocente, podríamos decir, con un toque infantil, y por esto, al fin plenamente visible.

2
El pecado original del deporte, su mancha, es enfrentar a unos atletas con otros, esto es, la competencia, el combate ritualizado. En el circo no hay competencia ninguna, nadie gana, nadie pierde, no hay vanagloriosos. El único enfrentamiento es el del artista con él mismo: llegar al límite de sus posibilidades de habilidad y destreza, en soliloquio, podríamos decir. Y también por esto el cirquero es puro, cristalino.

3
Elevar una torre humana, más y más alta, la colaboración tiene que ser estrecha, pero qué metáfora tan salvaje del orden social, ya observó Simone Weil que ``el reino de lo social pertenece al diablo'', pero allá van los atletas, con permiso, con permiso, encaramándose, todos sufren, unos por una razón, el peso, otros por otra, el riesgo de desplome en caída libre. Y al fin ahí está, la Babel de los atletas. ¿Cómo coronarla? Con una llanta usada, es perfecto, el golpe poético es brillante ¿a quién se le ocurre una cosa así? Pocas cosas pueden ser más prosaicas y faltas de gracia que las llantas, un candidato es el tanque de gas, otro el reloj digital y negro de plástico.
__Una torre humana, ¿quién hace algo así?, si no fuera porque es tan humano responder a toda clase de desafíos, podrías sospechar que son locos disfrazados coordinados por milagro en una construcción por fuerza efímera.

De: Circo callejero
Edicionnes Era e INBA CONACULTA, 2002

martes, 13 de enero de 2009

El disco; Jorge Luis Borges


Soy leñador. El nombre no importa. La choza en que nací y en la que pronto habré de morir queda al borde del bosque. Del bosque dicen que se alarga hasta el mar que rodea toda la tierra y por el que andan casas de madera iguales a la mía. No sé; nunca lo he visto. Tampoco he visto el otro lado del bosque. Mi hermano mayor, cuando éramos chicos, me hizo jurar que entre los dos talaríamos todo el bosque hasta que no quedara un solo árbol. Mi hermano ha muerto y ahora es otra cosa la que busco y seguiré buscando. Hacia el poniente corre un riacho en el que sé pescar con la mano. En el bosque hay lobos, pero los lobos no me arredran y mi hacha nunca me fue infiel. No he llevado la cuenta de mis años. Sé que son muchos. Mis ojos ya no ven. En la aldea, a la que ya no voy porque me perdería, tengo fama de avaro pero ¿qué puede haber juntado un leñador del bosque?
___Cierro la puerta de mi casa con una piedra para que la nieve no entre. Una tarde oí pasos trabajosos y luego un golpe. Abrí y entró un desconocido. Era un hombre alto y viejo, envuelto en una manta raída. Le cruzaba la cara una cicatriz. Los años parecían haberle dado más autoridad que flaqueza, pero noté que le costaba andar sin el apoyo del bastón. Cambiamos unos palabras que no recuerdo. Al fin dijo:
___-No tengo hogar y duermo donde puedo. He recorrido toda Sajonia.
___Esas palabras convenían a su vejez. Mi padre siempre hablaba de Sajonia; ahora la gente dice Inglaterra.
___Yo tenía pan y pescado. No hablamos durante la comida. Empezó a llover. Con unos cueros le armé una yacija en el suelo de tierra, donde murió mi hermano. Al llegar la noche dormimos.
___Clareaba el día cuando salimos de la casa. La lluvia había cesado y la tierra estaba cubierta de nieve nueva. Se le cayó el bastón. y me ordenó que lo levantara.
___-¿Por qué he de obedecerte? -le dije. -Porque soy un rey contestó.
___Lo creí loco. Recogí el bastón y se lo di.
___Habló con una voz distinta.
___-Soy rey de los Secgens. Muchas veces los llevé a la victoria en la dura batalla, pero en la hora del destino perdí mi reino. Mi nombre es Isern y soy de la estirpe de Odin.
___-Yo no venero a Odín -le contesté-. Yo venero a Cristo.
___Como si no me oyera continuó:
___-Ando por los caminos del destierro pero aún soy el rey porque tengo el disco. ¿Quieres verlo?
___Abrió la palma de la mano que era huesuda. No había nada en la mano. Estaba vacía. Fue sólo entonces que -advertí que siempre la había tenido cerrada. Dijo, mirándome con fijeza: -Puedes -tocarlo.
___Ya con algún recelo puse la punta de los dedos sobre la palma. Sentí una cosa fría y vi un brillo. La mano se cerró bruscamente. No dije nada. El otro continuó con paciencia como si hablara con un niño:
-Es el disco de Odín. Tiene un solo lado. En la tierra no hay otra cosa que tenga un solo lado. Mientras esté en mi mano seré el rey.
___-¿Es de oro? -le dije.
___-No sé. Es el disco de Odín y tiene un solo lado.
___Entonces yo sentí la codicia de poseer el disco. Si fuera mío, lo podría vender por una barra de oro y sería un rey.
___Le dije al vagabundo que aún odio:
___-En la choza tengo escondido un cofre de monedas. Son de oro y brillan como el hacha. Si me das el disco de Odín, yo te doy el cofre.
___Dijo tercamente:
___-No quiero.
___-Entonces -dije- puedes proseguir tu camino.
___Me dio la espalda. Un hachazo en la nuca bastó y sobró para que vacilara y cayera, pero al caer abrió la mano y en el aire vi el brillo. Marqué bien el lugar con el hacha y arrastré el muerto hasta el arroyo que estaba muy crecido. Ahi lo tiré.
___Al volver a mi casa busqué el disco. No lo encontré. Hace años que sigo buscando.

Ezra; Julián Herbert

Hoy vino a visitarme
el león del Barrio Latino.
Almorzamos salmón con galletitas
y miramos a través de la ventana
los pliegues de la sierra de Zapalinamé.

Le dije: "Soy
muy desgraciado. Amo a una esclava
que me frota la piel con aceites
mientras sueño con la alnura fría y tierna
de mi mujer"... Y él (rascándose
las cejas): Lo primero
era esto: seis siglos
que no habían sido empacados.
Se trataba de caminar con material
que no estaba en la Commedia.

En la cítara de arrugas de su rostro
desfilaban frases verdes,
rojizas y naranjas;
no sé si eran rumores melancólicos
o centellas de pájaros canoros
generadas adrede por un truco verbal.

"Maesto -le rogué-, dispensa estas aletas,
la vulgar vocación de caminar como un pingüino
por los pliegues de la referencia,
mi réprobo latín aprendido en Perales,
mi afectada manera de ver telenovelas."

Se limpió las migajas de la barba
y preguntó tu nombre.

"Anabel, respondí.
Anabel, Anabel, Anabel: it was many
and many a year ago
in a kingdom by the sea." Y los ojos
del anciano león fotografiado en blanco y negro
eran gemelas beatrices portinari
derramadas en mi piel
como un bálsamo chino fraudulento.

Pasaron horas. Secuencias de la luz. Hubo un instante
de bienestar cuando las sombras
descendieron sobre todas las formas,
velando su belleza.
Él encendió un candil y dijo: "su pelo
también cambiará de color".
Luego tomó sus libros, un último sorbo de café,
y me explicó que más que el oprobio de una amante
amaba las soleadas terrazas de Provenza.

Yo envidié la dulzura
de su senil sinceridad: primavera
tan lejana.

Lobo, represión y eneasílabos dactílicos; Eduardo Lizalde


El lobo que busca su presa
se atiene a colmillos filosos.
Es gente carente de culpa,
no es docto ni bien educado.
¿Qué esperan del lobo, carneros?
¿Bombones, caricias, besitos,
tará tararí tarará?

Algunos versos de Zuhayr Ibn Abī Sulmā


Para saber la verdad

Hay tres criterios de discernimiento:
el recto,
el torcido
o el obvio.
__________________________

Ojalá supiera la gente ve como yo las cosas
y les parece lo que a mí:
Veo yo que sus personas y bienes perecen
sin que los tiempos perezcan.


Muchos y pocos

El avaro siempre es censurado;
en cambio el generoso, por raro, es alabado.

La poesía árabe clásica
Antología preparada por Josefina Veglison
poesía Hiperión
2a edición, 2005
Página 88

lunes, 12 de enero de 2009

El rocío cubre el camino

La novia rehúsa ir a la casa del novio.

Mojado está el camino
por el mucho rocío.
¿Por qué de noche,
y no de mañana?
Diré:
hay demasiado rocío en los caminos.
¿Quién puede decir:
el gorrión no tiene pico?
Si no, ¿cómo ha podido
hacer una gujero en mi casa?
¿Quién puede decir:
no tienes esposa?
¿Por qué, entonces, tanta prisa
por llevarme al tribunal?
Me llevas al tribunal
si estar aún casados.
¿Quién puede decir:
el ratón no tiene dientes?
Si no, ¿cómo ha podido
hacer un agujero en la pared?
¿Quién puede decir:
no tienes esposa?
¿Por qué, entonces, tanta prisa
por ponerme pleito?
Aunque pleito me pongas
nunca me iré contigo.

De: Antología de poesía china
Shijing
Biblioteca Universal Gredos
Editorial Gredos, 2003
Página 32
Traducción de Juan Ignacio Preciado Idoeta

Sobre la compraventa de enseñanzas y el alma...

—Ahora bien, Hipócrates, ¿el sofista viene a ser un traficante o un tendero de las mercancías de que se nutre el alma? A mí, al menos, me parece que es algo así.

—¿Y de qué se alimenta el alma, Sócrates?

—Desde luego de enseñanzas, dije yo. De modo que, amigo, cuidemos de que no nos engañe el sofista con sus elogios de lo que vende, como el traficante y el tendero con respecto al alimento del cuerpo. Pues tampoco ellos saben, de las mercancías que traen ellos mismos, lo que es bueno o nocivo para el cuerpo, pero las alaban al venderlas; y lo mismo los que se las compran, a no ser que alguno sea un maestro de gimnasia o un médico. Así, también, los que introducen sus enseñanzas por las ciudades para venderlas al por mayor o al por menor a quien lo desee, elogian todo lo que venden; y seguramente algunos también desconocerán, de lo que venden, lo que es bueno o nocivo para el alma. Y del mismo modo, también, los que las compran, a no ser que por casualidad se encuentre por allí un médico del alma. Si tú eres conocedor de qué es útil o nocivo de esas mercancías, puedes comprar sin riesgo las enseñanzas de Protágoras y las de cualquier otro. Pero si no, ten cuidado, querido, de no jugar a los dados y arriesgarte en lo más precioso. Desde luego hay un peligro mucho mayor en la compra de enseñanzas que en la de alimentos. Pues al que compra comestibles y bebidas del mercader o del tendero, le es posible llevárselas en otras vasijas, y antes de aceptarlas en su cuerpo como comida o bebida, le es posible depositarlas y pedir consejo, convocando a quienes entiendan, de lo que pueda comerse o beberse y de lo que no, y cuánto y cuándo. De modo que no hay en la compra un gran peligro. Pero las enseñanzas no se pueden transportar en otra vasija, sino que es necesario, después de entregar su precio, recogerlas en el alma propia, y una vez aprendidas retirarse dañado o beneficiado.

Protágoras 313c-314b
Platón
Traducción de C. García Gual

sábado, 10 de enero de 2009

Cultivo una rosa blanca (varias versiones); José Martí

Cultivo una rosa blanca,
En julio como en enero,
Para el amigo sincero,
Que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca,
El corazón conque vivo,
Cardo ni ortiga cultivo,
Cultivo una rosa blanca.

(Versión de la página Web www.josemarti.org)
__________________________________

Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
__________________________________

Cultivo una rosa blanca,
en julio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo:
cultivo una rosa blanca.
___________________________________

Cultivo una rosa blanca,
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni oruga cultivo:
Cultivo la rosa blanca.

Amiga...; Rubén Bonifaz Nuño

Amiga a la que amo: no envejezcas.
Que se detenga el tiempo sin tocarte:
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.

Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si su hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.
No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, prejuiciosa,
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al movere, deshiciera.

Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus brazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.

Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.

Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido:
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.

La canción de la estatua; Rainer Maria Rilke


¿QUIÉN hay que me ame tanto
que repudie su vida, tan querida?
Cuando en el mar se ahogue alguien por mí
yo seré redimida de la piedra
y volveré a la vida, a la vida.

¡Tengo tanta nostalgia del correr de la sangre,
la piedra esta tan callada!
Yo sueño con la vida: la vida es buena.
¿Nadie tiene el coraje
de hacerme despertar?

Y si vuelvo a la vida alguna vez,
que todo lo dorado me dará, ...
... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
lloraré en soledad,
lloraré por m¡ piedra. ¿De qué me servirá
mi sangre si madura como el vino?
No puedo con su grito hacer brotar del mar
a aquél que más me amó.

Traducción de Jesús Munárriz
poesía Hiperión

El lugar donde se fríen espárragos (featuring Octavio & Gabilondo); Julián Herbert

En Xanadú, los canes de la usura
acuñaron monedas que valían veinte talentos
porque mostraban la efigie del poeta
y el emblema: Todo es este presente.

¿Quién dijo que el crimen de leer no paga?
¿Acaso alguien ha hecho literatura comparada
entre el opio de Coleridge
y los bombones de Cri Cri?
Creo que sí: en el patio del castillo
han sembrado un gran barquillo
y lo riegan tempranito con refresco de limón
,

es un milagro de ardid extraño*,
un pedazo de hielo
creciendo hacia el verano: un sauce de cristal,
un chopo de agua
.

(En el lugar donde se fríen espárragos
no queda un palmo de tierra para sembrar plantas sagradas.)

Trabajos del poeta.
Aspiración. Espiración. Espiritismo
con sonsonete. La belleza es sólo caos
de baldosas biseladas de rocío
y arqueros con los guantes listados de magenta
y doncellas que aproximan –estiletes–
sus dedos de jengibre a la piel de las rosas:
todo arrumbado en la mente de un mongol
protegido del rigor de la roca en que duerme
apenas por la seda preciosa de su túnica.

Ah, tú.
Ah, yo.
Vulgares secretarias
transcribiendo un verde y rojo panegírico
de cúpulas en ruina. Soldados del Khan Kubla
adiestrados en la molicie más estricta,
cabeceando sobre el libro (láminas
a cuatro tintas) y soñando
–igual que Homero mientras despanzurraba teucros–
con el escote de las musas.
____________________Lo dijo Antonio
años antes de morir al sur de Francia:
mi infancia son recuerdos de un patio de Frontera
y Olivia Newton-John
________________cantando "Xanadú".

Que cada quien contemple el paisaje que le toca.


*"It was a miracle of rare device", Kubla Khan, v.35

De: Kubla Khan
Julián Herbert

viernes, 9 de enero de 2009

La vuelta; Jorge Luis Borges


Al cabo de los años del destierro
volví a la casa de mi infancia
y todavía me es ajeno su ámbito.
Mis manos han tocado los árboles
como quien acaricia a alguien que duerme
y he repetido antiguos caminos
como si recobrara un verso olvidado
y vi al desparramarse la tarde
la frágil luna nueva
que se arrimó al amparo sombrío
de la palmera de hojas altas,
como a su nido el pájaro.

¡Qué caterva de cielos
abarcará entre sus paredes el patio,
cuánto heroico poniente
militará en la hondura de la calle
y cuánta quebradiza luna nueva
infundirá al jardín su ternura,
antes que vuelva a reconocerme la casa
y de nuevo sea un hábito!

Voz de monja

¿Conoces tú la flor que se llama voz de monja
Que crece hacia abajo y se abre al fondo de la tierra?

Altazor
Vicente Huidobro
Canto V, 19-20

martes, 6 de enero de 2009

On Being Brought From Africa to America; Phillis Wheatley


'Twas mercy brought me from my Pagan land,
Taught my benighted soul to understand
That there's a God, that there's a Saviour too:
Once I redemption neither sought nor knew.

Some view our sable race with scornful eye,
"Their colour is a diabolic die.
"Remember, Christians, Negros, black as Cain,
May be refin'd, and join th' angelic train.
__________________________________

Tan similar en el tema, y tan, tan distante de Qué color, de Nicolás Guillén.

El niño con el pijama de rayas; John Boyne


Tal vez llego tarde al hablar de este libro (en el caso de los clásicos no se puede decir lo mismo, nunca se llega tarde a ellos), pues me acabo de enterar hoy mismo que ya hasta la película salió en noviembre de 2008. Me parece extraño, pero no recuerdo haberla visto en cartelera.

Como sea, a pesar de que muchos habrán visto la película, que por supuesto, no creo que sea totalmente fiel a la historia del libro, seguiré la recomendación de los editores de evitar dar detalles de la trama, pues se aconseja que el lector comience la lectura saber de qué trata. No hay de qué preocuparse, antes de terminar unas cuantas páginas uno puede darse cuenta de lo que ocurre.

El libro es ameno y puede ser terminado, por quien se lo proponga, en una sola tarde. El estilo en que el autor narra intenta resaltar la ternura e ingenuidad de la trama y de algunos de sus personajes. El final puede ser intuido conforme progresa la lectura pero no por ello decepciona.

No es excepcional en cuanto a lo novedoso del tema o al ambiente (novedoso hasta donde la literatura puede serlo, pues nada nuevo hay bajo el sol…), pero es cierto que el autor eligió un motivo recurrente, sobre todo en el cine. Por lo mismo, hay que elogiar a Boyne por haberse aventurado a escribir un libro así. Lo que transmite algo de frescura es la perspectiva desde la que se aborda la historia.

Si se me pregunta del modo más general entre leerlo o no, la respuesta es sí.