Powered By Blogger
Mostrando las entradas con la etiqueta Szymborska‚ Wisława. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Szymborska‚ Wisława. Mostrar todas las entradas

domingo, 30 de agosto de 2009

En el río de Heráclito; Wisława Szymborska


En el río de Heráclito
el pez pesca al pez,
el pez corta el pez con el filo de un pez,
el pez construye un pez, el pez vive en el pez,
el pez escapa del sitiado pez.

En el río de Heráclito
el pez ama al pez,
tus ojos —le dice— resplandecen como peces en el cielo,
quiero nadar hacia un mar compartido,
contigo, la más bella del cardumen.

En el río de Heráclito
el pez inventa al pez de peces,
el pez se arrodilla ante el pez, el pez canta al pez,
le pide al pez un nadar más ligero.

En el río de Heráclito
yo, pez claro, pez distinto
(aunque sea del pez árbol, del pez piedra)
escribo por momentos pececillos
sobre escamas plateadas y por tan corto tiempo
que, tal vez por eso, parpadea en su turbación la oscuridad.


Traducción de Gerardo Beltrán

miércoles, 8 de julio de 2009

En la Torre de Babel; Wisława Szymborska


—¿Qué hora es? —Sí, soy feliz,
y sólo me falta una campanilla al cuello
que suene encima de ti cuando estés dormido.
—¿Entonces, no has oído la tormenta? El viento ha sacudido
___el muro;
la torre ha bostezado, como un león, con su gran puerta
de goznes chirriantes.
—¿Cómo? ¿Lo has olvidado?
Yo llevaba un sencillo vestido gris
abrochado en el hombro. —E inmediatamente después
el cielo se rompió en mil destellos.
—Cómo iba a entrar
si no estabas solo. —Vi de repente
los colores anteriores a la existencia de la vista.
—Lástima
que no me lo puedas jurar. —Tienes razón,
probablemente fue un sueño.
—¿Por qué mientes,
por qué me llamas con su nombre,
la amas todavía? —Oh, sí, me gustaría
que te quedaras conmigo.
—No siento rencor,
tendría que haberlo imaginado.
—¿Sigues pensando en él? —No, no estoy llorando.
—¿ Y eso es todo? —A nadie como a ti.
—Por lo menos eres sincera. —Puedes estar tranquilo,
me iré de la ciudad. —Puedes estar tranquila,
me iré de esta ciudad.
—Tienes unas manos tan preciosas…
—Es una vieja historia, el filo pasó
sin lesionar el hueso.
—No hay de qué,
querido, no hay de qué. —No sé,
ni quiero saber, qué hora es.



Traducción de Abel A. Murcia

lunes, 18 de mayo de 2009

Fragmentos de Prólogo de la comedia, de Wisława Szymborska


Prólogo de la comedia intenta ser fiel a su nombre, pero tal vez porque de modo inevitable la traducción destruye parte de la esencia literaria o porque los mexicanos siempre gustamos de un humor no simple (somos muy exigentes en cuanto a eso), sólo algunos (dos) fragmentos de su traducción al español me convencen. Hélos aquí:


Se hizo un violín de cristal porque quería ver la música.

Cuando le dijeron que no existía, al no poder morir de pena, tuvo que nacer.




Traducción de Abel A. Murcia
(A quien, aclaro, no culpo de nada)

-Alan

martes, 12 de mayo de 2009

Epitafio; Wisława Szymborska


Aquí yace como la anticuada,
la autora de algunos versos. Descanso eterno
tuvo a bien darle la tierra, a pesar de que la muerta
con los grupos literarios no se hablaba.
Aunque tampoco en su tumba encontró nada
mejor que una lechuza, jacintos y este treno.
Transeúnte, quita a tu electrónico cerebro la cubierta
y piensa un poco en el destino de Wisława.

Traducción de Gerardo Beltrán