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viernes, 7 de noviembre de 2008

Los sonetos a Orfeo. Primera parte, soneto XIV; R. M. Rilke

Tratamos con la flor, el pámpano y el fruto.
Hablan en un lenguaje que no es sólo el del año.
De lo oscuro algo sube, despliega sus colores
y tal vez lleve en sí el resplandor celoso

de los muertos que están reforzando la tierra.
¿Qué sabemos nosotros de su parte en todo ello?
Hace mucho tiempo que tienen una manera propia
de darle impronta al barro liberando su enjundia.

Ahora la pregunta es: ¿lo hacen de buen grado?
¿Sube ese fruto, obra de penosos esclavos,
impelido a lo alto a nosotros, sus dueños?

¿O son ellos los dueños, que en las raíces duermen,
y permiten que usemos aquello que les sobra,
ese producto híbrido de fuerza muda y huesos?

Traducción de Jesús Munárriz
poesía Hiperión

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